Tatuajes
¿Para qué tatuarme si ya tengo las cicatrices más curiosas enmarcadas en mi piel? El destino del tiempo ha sido el responsable de una raya invisible de “tinta blanca,” la ráfaga marcada en mi pierna, y la herida sanada con forma de flecha en mi fémur. Pero también tengo en mí los tatuajes de colores que adornan cada esquina de mi cintura, de mi silueta. Puedo dibujar una constelación zodiacal con lunares en mi espalda, o crear una forma geométrica escondida con las ramas de mis venas y los puntitos en mis brazos. Y el más curioso de todos, las manchas en mi piel que le dan sentido a la autenticidad. Existe una gran ironía en nacer tatuado con simbolismo propio, tatuarse en el camino por accidente, y querer dibujarse en la tienda de tatuajes lo que creas que armonice tu mente con tu piel.